dijous, 27 de març del 2014

PROFESOR OBSERVADOR /ALUMNOS ACTIVOS

Si decimos que la escuela prepara nuevos ciudadanos para ser libres y conscientes, y eso no es mero voluntarismo o pura hipocresía, la valentía y la lucha son imprescindibles. Si ser profesor es algo más que un trabajillo (un "curro" para sobrevivir), muchos deberemos cambiar para hacerlo cambiar todo. Hemos de dejar de ser "el profesor de toda la vida". Quiero decir, el más cutre.


Creo que deberíamos renunciar a hablar nosotros todo el rato.

Si el currículo es la pastilla o el chip que implantamos a los alumnos (y a menudo les resbala o la defecan) obtenemos la distopía de Fritz Lang en Metrópolis. Aunque si la sociedad sólo sigue esperando de ellos que sean "recursos humanos" o emprendedores, fracasando a menudo (y levantándose o no más allá de la propaganda), quizá eso sea lo más honesto, lo menos hipócrita.

Pero si queremos convertirlos en la futura humanidad consciente que tal vez traiga esperanza al planeta, deberíamos callar más y observarlos mejor. Y darles en las clases más mundo y más vida. Con calma y con tiempo.

Por eso creo que iniciativas recientes como la pedagogía de la lentitud o la filosofía en la escuela van por buen camino. El currículo razonable es aquel que los alumnos pueden digerir y adoptar, el que pueden pensar y discutir. Pondré un ejemplo.

¿Por qué nos hemos de matar para llegar a la Revolución Francesa empezando por el Renacimiento, arrastrándonos lentamente hecho por hecho, cuando podemos pensar la Edad Moderna como un todo? ¿Como toda una época con coherencias y contradicciones que lleva hasta nosotros? ¿Como un grupo d problemas simples que aún nos afectan y sobre los que los alumnos pueden opinar? ¿Por qué el profesor ha de explicarlo todo cuando pequeños libros de divulgación podrían ocupar el pensamiento de los alumnos previo a una discusión colectiva donde el profesor sería sólo la voz definitiva contrastada con muchas otras?

¡Ay! El espacio de un post se me queda corto.
(Vean la pesaña "Biblioteques d'Investigació Jove")




dimecres, 26 de març del 2014

PROFESOR CONFERENCIANTE / ALUMNOS PROGRAMADOS

Conoce el tema, se sabe el libro de texto, hace sus esquemas y los muestra en powerpoint. Lo expone con voz clara. Aclara las partes del libro que saldrán en el exámen. No es culpa suya si no hay tiempo de acabar el programa. Lo ha intentado.Estamos hablando del profesor de toda la vida (lo único nuevo es el powerpoint). Del que servía para una escuela franquista como,para una escuela democrática, para la tradicional o para la moderna. No nos avergoncemos, todos lo hemos sido.

A los alumnos se les supone programados, igual que el libro de texto, igual que el currículo de las leyes Aguirre o Wert. Por eso es tan válida la broma de la pastilla de matemáticas o el chip de lengua. Cuando acaben la Secundaria Obligatoria se les presupondrán las ecuaciones de segundo grado, las subordinadas adjetivas o la Guerra de los Treinta Años. Sabiendo en privado que es mucho suponer.

No estoy en contra de las conferencias. Es un método pedagógico como otro cualquiera. Pero condenar a los alumnos (o consentirles, según se mire) a ser oidores perpetuos, es un atentado a la educación. ¿O no? Depende del programa social que se diseñe. ¿Verdad, señor Wert?

El programa/currículo ha de ser un intermediario entre la sociedad representada por el profesor, el centro y la administración, y los alumnos, qu són los sujetos. Es el que hace saber a los alumnos qué espera la sociedad de ellos. En el currículo la sociedad se alimenta a sí misma en sus alumnos en un proceso llamado educación pública. Y como es tan importante, tanto la sociedad como los alumnos han de ser razonables.

Y la tesis de este post es que a un sujeto "programado" no se le puede pedir "razón". Sólo obediencia. Pensemos en ello, porque si es éso, ya es en sí todo un programa social.

Seguiremos pensando.

dijous, 13 de març del 2014

SUPERAR LA INCOMUNICACIÓN DE LOS PUEBLOS O POR QUÉ LOS RUSOS NO PIENSAN LO QUE A MI ME PREOCUPA

De vez en cuando saltaré de la escuela al mundo. Y de hecho no me moveré mucho. Sólo se trata de aumentar el ángulo de visión. Pienso que no podemos estar siempre viendo las cosas desde el suelo. Hay que alzar vuelo.


Ahora me preocupa, y debería preocupar a todos los maestros y profesores, que nos seguimos viendo todos como habitantes de una nación, estado o lo que sea. Creo que el mundo se nos ha vuelto un piso pequeño y ya hace tiempo que deberíamos contemplarnos como habitantes del mundo, de la Nación Tierra.

¿Por qué no pensamos en terrícola cuando vamos a la escuela, cuando vamos a trabajar o cuando votamos? De acuerdo, tenemos problemas nacionales, pero ¿es que no vemos que son insolubles pensando sólo desde dentro de nuestra nación!

Daré la vuelta al título. ¿Por qué no me preocupa a mí lo que temen los rusos? ¿Podemos aún hablar de problemas que vienen de fuera y problemas que vienen de dentro? Seré aún más radical. ¿Existen los inmigrantes? ¿Y los emigrantes?
Lamentablemente aún existen. Los hacemos existir. Yo y Ángela Mérkel. David Cameron y Mohamed Mursi. Pero todos juntos deberíamos ir cambiando de perspectiva si queremos que nuestra especie sobreviva. Sin duda el planeta lo hará, pero puede que sin nosotros.

Nosotros no le somos necesarios al planeta. Pero ya que estamos en él podríamos jugar el único papel que podemos representar seriamente: ser la MENTE DEL PLANETA. Y ese papel lo hemos de asumir los siete o los diez mil millones. Si no lo hacemos todos, podemos quedar relegados a ser otra especie animal corriente y prescindible.


Y como decían los replicantes en Blade Runner: "Somos estúpidos y moriremos".