dimarts, 1 de juliol del 2014

CONSIDERACIONES SOBRE LA HUMANIDAD DE DESTINO

La Humanidad de Destino debe ser, sin duda, más difícil de reconocer. En primer lugar está falta de origen y eso es muy duro para un ser con conciencia. "Hijo mío, no has nacido. Bien, no has nacido en ningún momento determinado. No tienes partida de nacimiento como no la tiene ningún otro animal del mundo. No puedes ni llamarte hijo.  Si necesitas padre, has de inventarlo. 


"Al contrario que en la Humanidad de Origen, precisamente es su origen el que está abierto. Lo único que puedes intentar cerrar es su destino. Lo que se llama dirigirlo, justamente lo que ningún otro animal puede hacer y que tampoco está demostrado que tú puedas hacer. Pero es tu única esperanza contrastable.
Has tardado casi todo el siglo XX en reconocer la oscuridad de tu origen. Y aún no has decidido dar forma a tu destino. Realmente es una perspectiva difícil. Pero vas dando pasos. Hay que acabarlos de precisar. Has inventado la Justicia, el Amor y el Estado. Los estás perfeccionando, con titubeos y queda mucho por delante. ¿No te da eso esperanza? ¿Por que te empeñas a veces en adormilarte y despistar? No tienes todo el tiempo del mundo. Porque según las condiciones tú mismo puedes ser semilla o cáncer. Y las condiciones aumentan la presión cuanto mayor te haces."


Cosas como éstas nos podría decir la Humanidad de Destino convertida en conciencia. Nos dice que por no haber tenido origen y tener conciencia podemos tener, al menos, una meta. Si la pasamos por alto y nuestro destino también queda abierto, irresuelto, no habremos sido más que otra bestia en el mundo. Por conspicua que haya sido.

Bien, no es más que una perspectiva, pero desarrollarla puede tener utilidad. Tal vez alguien encuentre algún parecido con la Noosfera de Theilard de Chardin, o quizá con "el hombre nuevo" del marxismo. No lo niego. Intentaré profundizar en ello y perfilar la clase de Destino que entreveo. 




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