dilluns, 25 d’agost del 2014

EDGAR MORÍN SE ME HA AVANZADO. PERO NO ABANDONO, LA HUMANIDAD ME NECESITA



Acabo de leer el libro "Nuestra Europa" de Edgar Morín y Mauro Ceruti, y me doy cuenta de que estos autores me plagian. ¿O los plagio yo a ellos? No sé, el mundo es tan confuso. En la página 240 dice "La humanidad solo puede esperar resolver sus problemas vitales si se reconoce como una comunidad de destino". ¡Ahí está! ¡La Humanidad de Destino! Me temo que si miro las fechas y considero la experiencia respectiva, debo ser yo quién les esté plagiando a ellos.

Espero que me perdonen. Pero también se me ocurre que tal vez se esté formando una auténtica conciencia planetaria en todos nosotros y al final la Humanidad tenga una esperanza.

Bien, mientra pienso si le pongo un pleito al señor Morín o me voy buscando un abogado por el que me pueda poner él o su editor, me entretendré soñando que tengo el honor de invitarlo a una cerveza y que él aprovecha el honor de conversar conmigo sobre cosas humanas y divinas y de cómo hacemos los planos de la salvación del mundo.

Y mientras me sigo riendo de mí, que es lo que básicamente hago, seguiré pensando  en mi versión de la Humanidad de Destino a la vez que os recomiendo la lectura de este libro y que paséis la recomendación unas siete mil millones de veces. Después nos encontramos todos y comparamos los planos respectivos de salvación del mundo.

Y no es broma, porque  en realidad hacen falta planos o planes.

dijous, 24 de juliol del 2014

TEILHARD DE CHARDIN O HUMANIDAD DE DESTINO

El padrte Teilhard de Chardin proponía una curiosa mezcla de Humanidad de Origen y Humanidad de Destino. Pero, a mi modo de ver la primera perspectiva contaminaba la segunda. Lo explicaré.

Era jesuíta y científico. Paleontólogo descubridor del Hombre de Pekín y filósofo cristiano. Por religión, su perspectiva era la de una Humanidad de Origen, pero era un avanzado y proactivo de mirada profunda. Adentrarse en el pasado le llevaba a mirar hacia el futuro. Los años de entreguerras, por otra parte, no eran propicios para el optimismo. La ciencia parecía servir más para destruir que para crear.

Teilhard quería creer que Dios no havia creado el mundo para aquello. Además estaban la expansión del universo, la evolución... Parecía haber una dirección en el orden de las cosas. ¿Qué visión del mundo podía tener un cristiano evolucionista en aquellos años? Si la geología y la química habían dado la biología, si esta había llegado por selección natural a la conciencia... No podía dejar de haber un plan en todo ello. Con los seres vivos se había formado una Biosfera. Y esta había creado la conciencia como una capa nueva y superior que se superponía a todas las otras y que Teilhard llamó la Noosfera.

Y la Noosfera debía tener un propósito y la humanidad una función en el plan divino. Creo que ya se ve por dónde van las cosas. Obviamente las diferencias culturales y morales que emborronaban el camino humano no podían dejar de enturbiar la confianza de Teilhard en el futuro. ¿Qué pensar de la vida correosa y primitiva de los indígenas uigures que conoció en sus excavaciones? ¿Qué pensar de la norma de dominación y venganza que estaba presidiendo la historia del siglo XX?

"Es un gran error reducir el cristianismo a una dulce filantropía", dijo, aunque parecía ser el único que lo veía así. Que el papa podía pasarse la eternidad clamando por la paz y el amor entre los humanos. Teilhard es, quizá, la única mente cristiana que ha propuesto "un plan". Bien, ha propuesto "que haya un plan", porque no lo definió mucho, aunque al menos hable de "construir la tierra". Pero las servidumbres de su Humanidad de Origen le vetaban la total libertad para hacer un llamado a la especie como si no dependiera de Dios. Esta dependencia es demasiado cara. Y una "Cristogénesis" no es ni una Parousia, ni un comunismo (cielo en la tierra) ni nada.

En otro post explicaré cómo la perspectiva de la Humanidad de Destino está libre de esas servidumbres.

dimarts, 15 de juliol del 2014

HUMANIDAD DE DESTINO Y MARXISMO

Es fácil identificar el concepto de Humanidad de Destino con el Comunismo marxista. Ambos conceptos hacen referencia a un "finalismo", un puerto de llegada para la Humanidad. Pero yo encuentro diferencias significativas.

El Comunismo marxista pretende erigirse como un objetivo concreto por medios concretos. Pero en realidad, por mucho que se reivindique como un socialismo científico, hay muy poca concreción, muy poca ciencia, en realidad. Los pretendidos socialismos reales han sido en realidad capitalismos burocráticos de capitalista único. En realidad substituían la competencia interna por la externa. Era una "socialismo" de la confrontación. Para poder construir "el comunismo" apelaban a la formación de un "hombre nuevo". ¿Y cómo debía producirse eso? ¿Por la educación? ¿Por la propaganda? ¿Por la disciplina social? Aquí la ciencia marxista hacía aguas. Justo en el punto más importante. El hombre nuevo no acababa de surgir, la competencia externa iba de mal en peor porque las decisiones centralizadas no podían ser ágiles y la presión se convertía en paranoia. Juicios, deportaciones, campos de "reeducación", Chernóbil... Muerte y desánimo.

De paso diré que, a mi entender, Trotsky tenía razón en una cosa. El socialismo en un solo país no puede ser. Si un sistema nuevo ha de sustituir al capitalismo, de alguna manera difícil de imaginar, deberá superar la competitividad (no la competencia). Marx, en la época en que la psicología y la antropología estaban en pañales, quizá fue un buen economisat (tal vez, no lo sé) pero hasta los economistas actuales coinciden en que tal vez la psicología sea la parte más importante de la economía. De ello saco que una revolución auténtica no puede ser política. O no principalmente política.

Otra de las debilidades del marxismo es que trata a las clases sociales como a objetos estudiables. Como si en realidad fuesen especies animales distintas. Y no es que sea fácil en biología distinguir especies muy próximas. Por suerte o por desgracia, burgueses, pequeño-burgueses y proletarios (sean lo que sean)  pertenecen todos a la misma especie, la que tendría que constituir una Humanidad de Destino (otro día haremos lo que podamos para definirla mejor). Desafortunadamente para el marxismo esquemático, un ser humano es mucho más que un detentador de relaciones económicas, para bien y para mal.

La Humanidad de Destino ha de ser un propósito, una decisión sostenida y socialmente compartida. Probablemente producto de una "militancia" educativa y de muchas revoluciones culturales (auténticas). Probablemente de resistencias y presiones, de luchas más físicas en algún momento. Muchos presupuestos tradicionales deberán ser abandonados, como el de la "mano invisible".

Continuaremos porque ningún discurso puede ser definitivo.

dimarts, 1 de juliol del 2014

CONSIDERACIONES SOBRE LA HUMANIDAD DE DESTINO

La Humanidad de Destino debe ser, sin duda, más difícil de reconocer. En primer lugar está falta de origen y eso es muy duro para un ser con conciencia. "Hijo mío, no has nacido. Bien, no has nacido en ningún momento determinado. No tienes partida de nacimiento como no la tiene ningún otro animal del mundo. No puedes ni llamarte hijo.  Si necesitas padre, has de inventarlo. 


"Al contrario que en la Humanidad de Origen, precisamente es su origen el que está abierto. Lo único que puedes intentar cerrar es su destino. Lo que se llama dirigirlo, justamente lo que ningún otro animal puede hacer y que tampoco está demostrado que tú puedas hacer. Pero es tu única esperanza contrastable.
Has tardado casi todo el siglo XX en reconocer la oscuridad de tu origen. Y aún no has decidido dar forma a tu destino. Realmente es una perspectiva difícil. Pero vas dando pasos. Hay que acabarlos de precisar. Has inventado la Justicia, el Amor y el Estado. Los estás perfeccionando, con titubeos y queda mucho por delante. ¿No te da eso esperanza? ¿Por que te empeñas a veces en adormilarte y despistar? No tienes todo el tiempo del mundo. Porque según las condiciones tú mismo puedes ser semilla o cáncer. Y las condiciones aumentan la presión cuanto mayor te haces."


Cosas como éstas nos podría decir la Humanidad de Destino convertida en conciencia. Nos dice que por no haber tenido origen y tener conciencia podemos tener, al menos, una meta. Si la pasamos por alto y nuestro destino también queda abierto, irresuelto, no habremos sido más que otra bestia en el mundo. Por conspicua que haya sido.

Bien, no es más que una perspectiva, pero desarrollarla puede tener utilidad. Tal vez alguien encuentre algún parecido con la Noosfera de Theilard de Chardin, o quizá con "el hombre nuevo" del marxismo. No lo niego. Intentaré profundizar en ello y perfilar la clase de Destino que entreveo. 




dijous, 12 de juny del 2014

CONSIDERACIONES SOBRE LA HUMANIDAD DE ORIGEN

Si nos pensamos como una Humanidad a partir de los monoteísmos o las religiones éticas, el mundo nos viene dado y poco tenemos que decidir. La Divinidad, el Profeta o el Fundador (Javeh, Muhammad o Confucio) nos tienen creada una identidad inamovible. Somos fieles, sumisos o hijos. Los textos definen lo que se espera de nosotros. La Humanidad tiene un origen en el mundo pero el destino es trascendente. Es decir, fuera del mundo. Definido como mito. Metafóricamente relatado como un máximo.

Pero en realidad, en el mundo de esta Humanidad, todo está abierto. En el sentido de que no hay un proyecto humano común. La solidaridad o el amor constituyen un mandamiento difuso que obliga a cada uno, individualmente. En el proyecto de Humanidad de Origen la responsabilidad colectiva está abandonada en manos de un legislador primigenio. El individuo sólo es responsable de llegar honestamente a ese final predeterminado que no tiene plasmación en este mundo.

¿Que los países no se entienden? No pasa nada, no se llega al cielo por naciones. ¿Que hay guerra? No importa, la gran paz es trascendente. ¿Que se vive en la opresión? En su momento se hará justicia. ¿Que no todo el mundo acaba encontrando un lugar en el mundo? Al final lo encontrará en el Elíseo Final.

Los máximos representantes de la Humanidad de Origen no pueden hacer más que rezar y clamar por la Justicia prescrita y no cumplida (el Papa) o vociferar contra los traidores a unos principios establecidos más de mil años atrás.

Entre 500 antes de Cristo y 600 después de Cristo ya se había asentado un concepto de la naturaleza humana. Sócrates, Buda, Confucio, Jesucristo, Muhammad nos lo aclararon. Pero las condiciones de la evolución humana en el planeta no eran previsibles en aquellos momentos. El común de la población no tenía condiciones de responsabilidad, condiciones de auténtica Humanidad. A mi entender, la auténtica Humanidad reside en la Filosofía. Sólo ahora, por la alfabetización, por las comunicaciones, por la escolarización puede entreverse un futuro en que ser humano y ser filósofo puedan ser sinónimos.

Tal vez será el momento de volverse hacia la Humanidad de Destino.

divendres, 23 de maig del 2014

HUMANIDAD DE ORIGEN O HUMANIDAD DE DESTINO

Si admitimos que somos animales tan diferentes que necesitamos contradecir las leyes básicas de la Naturaleza porque somos animales que pueden aceptar o no aceptar, que tenemos una importancia intrínseca más allá de las leyes de la Selección Natural (como muy bien ha reconocido el Tribunal de Estrasburgo en el caso de los pisos de Salt), entonces necesitamos sentido para nuestra existencia (el alimento del que hablábamos en el post anterior)

Más allá de las divisiones tribales, nos reconocemos como una especie distinta. Una especie que se siente diferente de la Naturaleza y que se llama a sí misma Humanidad. Pero una Humanidad es una construcción porque uno por uno somos animales que pueden ser devorados, esclavizados o exterminados como los demás. Y desde mi punto de vista tenemos dos maneras de "ver el mundo" que llamaré Humanidad de Origen y Humanidad de Destino.

La Humanidad de Origen es un primer arreglo. Nos declaramos Humanidad ya de entrada, y buscamos un fundamento, un padre, una partida de nacimiento. Ésta es la opción religiosa que empezó a proyectarse des de la prehistoria y que culminó en los monoteísmos. Es una opción abierta, porque consrtuye el humanismo (es decir, la condición humana) a partir de unos presupuestos fijados desde el principio. El inconveniente es que los supuestos del principio pueden quedar anticuados. Los islamistas progresistats pelean con ello. Y los cristianos, también. Pero lo más significativo es que deja que en su Humanidad pase cualquier cosa, porque independientemente de los preceptos de humanidad (los mandamientos), que pueden seguirse o no seguirse, deja el futuro en simplemente en manos de cosas como una Segunda Venida de Cristo. Paradójicamente, en esta opción que nos parece a priori más cerrada, pueden pasar infinidad de cosas en la realidad. Entre ellas la extinción humana, con Salvación o sin Salvación, que eso no lo "sabe" nadie. Es decir, con la Humanidad de Destino, el futuro no está en manos del ser humano.

Seguiremos pensando en ello.

La Humanidad de Destino es una opción más difícil, más abierta de entrada y más cerrada al final, según creo. Se trata de considerar que "Aún no somos humanos". Que la Humanidad es una cosa que estamos construyendo y que es nuestro punto de llegada (provisional o no). Cuando hayamos construído un mundo  donde la Humanidad sea un único cerebro sensato de la Naturaleza, dond la supervivencia y dignidad de todos y cada uno de los individuos no dependa de los avatares del mercado sino puramente de accidentes físicos. Cuando esta importancia intrínseca de cada persona sea tan obvia que no haya que defenderla en ningún tribunal. Cuando esta importancia intrínseca no sea un simple artículo constitucional o palabra de papa sino que esté al nivel de las leyes de la Naturaleza... Esta Humanidad podrá considerarse constituída y habrá "hecho" su destino. Esta Humanidad se dará cuenta de golpe de que ha superado el Capitalismo (es decir, la Selección Natural con medios humanos) y podrá decir definitivamente que "¡Ya somos humanos!". Todos, porque a la Humanidad no se llega de uno en uno ni de mil en mil.

Seguiremos pensando en ello.




dimarts, 13 de maig del 2014

MI VISIÓN DEL MUNDO

Si en este blog he puesto una pestaña llamada "Visión del mundo" es porque pienso que es importante que un profesor la tenga. Parece una perogrullada pero no estoy seguro de que lo sea.

Por tanto tendré que explicar la mía. De entrada pienso que se han de abrir los ojos con un ángulo y una profundidad de campo muy grandes. Miradas amplias y profundas. Por eso pienso que el evolucionismo es la clave. Creo que, de alguna manera, debería trabajarse desde el parvulario.

Pero ahora no hablo de educación sino del maestro como persona.

Yo, maestro y persona, creo que en la evolución descansa la clave de toda filosofía. Para mí, Darwin no enseñó lo que algunos victorianos dedujeron  y que tenemos mal etiquetado como darwinismo social.

Lo que realmente nos enseña el darwinismo es que la Naturaleza con la Selección Natural (el relojero ciego) creó un monstruo. Y somos nosotros. Eso no es bueno ni malo, sólo es un punto de vista. Y somos un monstruo (lo que aparece y es digno de ver) porque suponemos un paradigma nuevo que niega lo que había antes.

La Selección Natural da por supuesto que los individuos no son importantes por sí mismos. Las plantas alimentan a los herbívoros. Los herbívoros alimentan a los carnívoros. Ningún ser tiene un valor absoluto. Hasta que, en un mal paso (es un decir), la Naturaleza inventa la conciencia.

Damos mucha importancia a la inteligencia, pero lo que más nos define, creo, es la conciencia, la capacidad de pensar en nosotros mismos, de vernos extraños y de preguntarnos por los demás. En eso se basa nuestra magnífica y trágica monstruosidad. Ha surgido el primer animal que no es prescindible, que no nace para morir ni para matar, aunque muera y mate. Y cuando nos descubrimos solos y desnudos en una Naturaleza horrible donde matar y morir es cosa banal, es lógico que nos horroricemos y busquemos consuelo.

Y para explicar lo inexplicable, para encontrar un alimento inexistente que es el sentido, procedemos a inventarlo. Yo creo que el "sentido" es el alimento más específico de los humanos. Al buscarlo inventamos el Bien y el Mal, la Justicia y el Amor. Es un alimento inventado, pero es que todo lo que nos desanimaliza es inventado. Creo sinceramente y sin recato, que el Mal es la Naturaleza. No para destruirla, sinó para aprender a convivir con ella. El Mal es competir por la supervivencia o por prevalecer, cuando lo que necesitamos es Amor. Es esta la disyuntiva que nos vuelve locos y que hemos de solucionar si queremos llegar a ser auténticamente humanos.

Eso me lleva a reivindicar un libro que me parece injustamente olvidado y es "Encara no som humans (Aún no somos humanos)" del profesor Eudald Carbonell. Creo que es el mensaje que necesitamos.

Pero no acaba aquí la cosa.